De modo que perdemos nuestro status independiente y nos sumergimos en el consumo del aparente lujo, nos convertimos en "criad@s del comercio". Cuando estos productos se disfrazan de hechos objetivos y con modelos concretos, los sueños pierden sus libertades como alternativas a la realidad de la luz del día. Lo que implica no es un pensamiento ilusionado, apacible y fugaz , sino una sustitución mucho más profunda de nuestros anhelos. "Corrupción" que se produce como resultado cuando el negocio explota los sueños.
Las mentiras en detalle y en conjunto, pero responsables de que la gente tenga una escapada placentera cada día. Esta escapada, la encuentran en un mundo de ensueño engañoso, ¡que no es ningún sueño en absoluto! sino un aumento de las ventas disfrazado. Estamos ante un mundo inmaterial producido por uno material traducido en crisis. Agradezcamos pues a esta nueva etapa económica y social, los nuevos parámetros de investigación mercantil y publicitario. Los Cheap and Chic en mi opinión son la básica representación de lo que supuso el exotismo en los grandes almacenes de la revolución del consumo de masas en 1900.
Las actividades aparentemente contradictorias de la contabilidad (ahora sí) realistas de los últimos tiempos y el fantasear con ojos soñadores surge como negocio dirigido a los consumidores, invitándoles a un maravilloso mundo de placer y lujo asequible.
Dime:
¿Piensas que los Cheap and Chic afectarán de alguna forma al consumo de lujo? ¿Cómo fortalecerías el valor de marca de estos productos teniendo en cuenta que los C&C ofrecen una ventaja aplastante? ¿Es la creatividad la llave del éxito?
¡Mójate!
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